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12 de julio de 2016
Reforma tributaria e IVA: ajuste necesario
6 de julio
Al igual que en la plaza de mercado, donde entran en una negociación el campesino que vende sus productos y la ama de casa interesada en comprarlos, el precio justo es ese valor en el que la transacción es aceptada por las dos partes y por tanto, la ama de casa puede llevar los productos a su hogar y el campesino habrá recibido una compensación satisfactoria por su labor. De la misma forma se establece el interés bancario corriente, que no es más que la tasa en la que los bancos están otorgando los créditos (que nosotros los usuarios, aceptamos) y que la Superfinanciera entonces certifica, buscando precisamente establecer el estándar de lo que en un mercado financiero sería “justo y razonable”. María Teresa Macías Profesora de Economía de la U. de La Sabana.